Un anestesiólogo correctamente formado es un proveedor de seguridad para la comunidad.
En este momento inédito de crisis sanitaria, el abordaje de un paciente que ingresa a quirófano no permite improvisaciones.
Un anestesiólogo suficientemente equipado y capacitado evitará que esta enfermedad se siga propagando dentro del ámbito intrahospitalario, debido a que nuestra actividad no cesa a pesar del virus (cesáreas, apendicitis, cirugías oncológias, etc).
Además, en los casos de pacientes infectados que requieran de sus servicios, el médico anestesiólogo, será quien poniendo en riesgo su propia vida, colabore para brindarle la posibilidad de salvar la suya.
Proteger al personal sanitario es luchar por tu vida.
